Recuerdo del primer mensaje :

Bueno,he escrito esto por que he hablado con mucha gente que le ha pasado estas cosas,y os contare algo...

A mi de pequeño me paso una cosa espeluznante,cuando estaba en mi cama y no podia dormir,me puse a mirar la ventana,y despues de un rato....Vi unos ojos rojos gigantescos en mi ventana de color rojos...Me puse ha sudar muchisimo y empece a escuchar canticos de niños,y el ruido de alguien dandole golpes a la puerta de mi casa....Me fui de hay todo lo rapido que pude y me fui ha la habitacion de mis padres...Se lo conte todo y no me creelleron ...Espero que ustedes me crean...esto ha sido todo,y seguramente LigthClaudio como todo lo que digo no me va ha creer...

Últimamente me siento observado.

Veréis un día dejé la persiana abierta (porque si no la cierro los gatos me estorban). y total me acosté a la noche para el día siguiente ir a clases. Pero más o menos a las 4 de la madrugada pude oír un sonido proveniente de mi espalda. Sonaba como una especie de movimiento hidráulico. Y tuve la deducción de que podía ser una cámara. Pero seguí intentando dormir. El día siguiente a la mañana tenía un minúsculo orzuelo y la parte inferior de la oreja bastante inchada. No sé si serán paranoias mías...

Viendo este post me veo a mí mismo cuando tenía 11 años. Es enternecedor e irónico, pues antes era muy sugestionable y siempre buscaba lo paranormal en todo lo que me rodeaba. Y ahora, aunque no puedo negar que sea sugestionable (porque precisamente el propósito de sugestionar a alguien es engañarle sin que se dé cuenta), si que trato de buscar lo lógico y se podría decir que científico en el mundo que me rodea.

Hace ya unos meses, estaba durmiendo plácidamente en mi cama, mirando hacia la pared a la que mi cama está pegada. Entonces, inesperadamente, me desperté sintiendo un gélido olisqueo en mi nuca.
En un principio pensé en la posibilidad de que fuera uno de mis gatos pues, como todo gato, su misión es tratarte como el esclavo que eres. Pero todo cambió cuando ese olisqueo continuaba, sin parar. Y, poco a poco, iba ascendiendo hacia mi cabeza, aproximándose a mi rostro para quién sabe qué.
Entonces, desesperado, traté de zafarme de esa molestia apartando aquella cosa de un golpe. Pero entonces me dí cuenta de lo que pasaba; era una parálisis del sueño. De hecho, la primera que he tenido.

Al darme cuenta de que no podía mover mis articulaciones porque mi cuerpo no recibía estímulos, y que aquel ente poco a poco era más amenazador, en unas décimas ideé un plan perfecto (y algo patético); soplar mis brazos para despertar mi cuerpo.
Mi cabeza la podía mover. Y aunque no podía hablar, sí podía soplar. Y eso hice, haciendo que mi cuerpo reaccionara. Finalmente, en cuanto mi cuerpo iba despertándose aquella respiración palpitante iba mermando. Y finalmente, desapareció.

Una curiosa historia que muestra que, hace seis años, me hubiera alterado porque era un fantasma. Pero no, era una parálisis del sueño. Probablemente...
También tenía un pánico terrible a los fantasmas y todo lo demás que rodea este tema. Y ahora que he perdido el miedo a ellos y al otro posible mundo y me interesa experimentar el terror y la duda, no me ha vuelto a pasar nada más. ¿Querrá decir algo? ¿Habrá una relación entre el miedo y la sugestionabilidad? ¿El propio miedo creará todas estas situaciones?

Ahora mismo me la suda.

¿Qué hacés Samu tanto tiempo?

Bienvenido al mundo de las parálisis. No es muy agradable que digamos.

Si bien es común tener esas alucinaciones durante una parálisis del sueño, por más que lo sepas, creo que siempre en el momento algo de duda te queda de si el horror que estás experimentando es real.

Me parece que más que al miedo, se debe al estrés. Supongo que andabas con muchos quilombos (si es que lo que tenías eran parálisis).