Todo empezó en el cielo, más allá de donde no alcanzan los seres vivos. Donde el Dios del Sol [Aún no tengo nombre] se enfrenta a Apofis, intentando así detener a la serpiente gigante, por desgracia. El Dios Sol fue derrotado por Apofis. Y sin nadie por en medio de su camino, Apofis empezó a sumir el universo en la locura y el caos. Haciendo estallar planetas, Empezar guerras, Destruir ciudades enteras, Acabar con la vida de millones de inocentes. El universo pasó en este estado una década. Entonces Apofis, satisfecho. Empezó a surcar toda la espiral de destrucción que dejó a su paso. Podía sentir las emociones de la asoladas tierras; pena, locura, suicidios. Pero algo le llamó la atención, sintió un tremendo sentimiento de rencor y venganza que consideraba increíble para el lugar de donde provenía. Entonces encontró un basto desierto, edificios hundidos en la arena, Miles de cuerpos sin vida. Rodeando a un pequeño reptil. Ese reptil, era uno de los supervivientes a la destrucción de Apofis. Y también, un Skámmirus. Un humilde pueblo, de reptiles, eran pacíficos, investigadores, y cordiales. Pero este no, este sentía un sentimiento de rabia y de venganza que le corroía por su interior. A su lado, al parecer otros 2 pequeños Skámmirus, muertos. Entonces Apofis se le acercó, y le dijo. Sientes odio? Sientes rencor? Sientes ira? Sientes venganza? Quieres que te de el poder para conseguirlo? El pequeño Skámmirus le dijo para qué le serviría el poder. Si nunca volvería a encontrar ninguno de los suyos con vida otra vez, dijo: Desearía haber muerto yo por mis dos hermanos, ellos merecían vivir. Apofis les respondió. Podrás revivir a tus hermanos, pero a cambio... ¿A cambio qué? respondió el Skámmirus desesperado. Apofis dijo: Tomarás el poder, los traerás de vuelta a la vida, pero. Al tocarlos, sabrán qué has hecho y qué monstruo eres. y también. Los convertirás en monstruos... No me importa, dijo el Skámmirus. Prefiero a que vivan. De acuerdo, la decisión es tuya. Entonces, a Apofis. Se le abrió el cuerpo en dos y se inundó el desierto en oscuridad. Un nuevo demonio nació. El pequeño Skámmirus, Se alzó y revivió a sus dos hermanos. Los dos con unos sentimientos, Uno el de la Ira y la Locura y otro, Con el del Rencor y el Odio. A el Skámmirus bendecido con semejante poder, no le importaba nada, ni como fuesen sus hermanos y si hacía lo correcto. Después de esto Apofis le susurró: Demuéstrame tu rabia, tus ganas de venganza. Acaba con todos aquellos que te han volcado en este estado. Mientras Apofis se desvanecía, se le oía su siniestra risa. El pequeño Skámmirus bendecido, empezó a ejecutar su venganza. Matando cada vez, a más y más seres, fueran culpables o no, Apofis lo cegó con la rabia. Cada vez se les unía más gente. Pero los 3 hermanos decidieron guardar el secreto. ante todos sus seguidores. Ahora, los Skámmirus, son un gran imperio, de luchadores, asesinos y agresivos reptiles, todos ellos liderados por el pequeño Skámmirus, que antaño. Fue un ser normal y noble, ahora es un ser cegado por el odio y la locura. Los demás Skámmirus lo glorificaban y llegó a convertirse en el emperador. Más tarde. Apareció Apofis de nuevo, en una noche, en el palacio del emperador. Exigiéndole un tributo, tenía que entregar a civiles a Apofis, para convertirlos en almas condenadas. El emperador aceptó el trato. El pueblo sabía que había algo mal. Entonces se formaron sectas, bandos, separados. Que intentaron buscar la verdad. y así derrocar al emperador y conseguir su trono y su poder (Ellos eran conscientes de que el emperador y sus hermanos, no eran Skámmirus normales). Y durante años, los bandos fueron investigando, luchando. Y uno de ellos. Escucharon una leyenda: La oscuridad y la llama se enfrentaron, la llama perdió. Y la oscuridad generó a monstruos, camuflados bajo seres normales. Llegaron a la conclusión de que el emperador podría ser uno de ellos. Así que mandaron a su mejor espía, a infiltrarse en el palacio del emperador. Al caer la noche, Apofis fue a por su cena, y el emperador se la suministró. Horrorizado, el espía se puso a gritar, fue descubierto. El emperador se alertó, pero Apofis permanecía tranquilo, le ordenó que no hiciese nada. Le garantizaba que no diría nada. Las miradas del espía y Apofis se cruzaron unos instantes. y los ojos del espía, fueron desintegrados. El espía, retorciéndose de dolor entró en un estado de Shock. Visualizó en segundos la asolación que causó Apofis a todo el universo cuando derrotó al Dios Sol. Apofis le ordenó decir que si volvían al imperio, acabarían muertos. El espía fue teletransportado en medio del desierto, cerca de sus compañeros. Estos, al socorrerlo. No creían lo que pasaba. Un Skámmirus sin ojos, repetía constantemente. No podéis volver, si lo hacéis, moriréis. Exiliados, el bando de la verdad, fueron investigando sobre los fragmentos de leyenda que encontraron. Descubrieron, que había algo relacionado con su búsqueda, bajo unas arenas. Pasó un año. Ellos sabían que si no encontraban la verdad, al final morirían, de hambre, de cansancio. Eran pobres nómadas. que se mantenían con lo poco que encontraban. Pero al fin. Excavaron una ínfima cantidad. Comparado con lo que tenían que hacer para llegar a donde querían. Dándolo todo por perdido. De pronto, empezó a hundirse la arena. Como si hubiera algo que la estuviese filtrando. Y poco a poco. Fue alzándose un gigantesco templo. Todos los buscadores de la verdad, se alegraron, sabían que lo que tenían que encontrar lo tenían delante suya. Sin dudarlo, se adentraron en el templo. Al entrar todos dentro, rápidamente se volvió a sumergir. En la sala principal, en sus paredes. explicaba al detalle, lo que ocurrió aquel día. Donde el Dios Sol fue derrotado. Un Skámmirus buscador de la verdad, estaba perplejo. De todo su desconocimiento, de Apofis, de los poderes que fueron otorgados, de que la resurección de un Dios, estaba en sus manos. Pasados unos días. Los buscadores de la verdad llegaron a la tumba del Dios Sol. Para hacerlo resurgir, necesitaban energía. Así que se sacrificaron 5 discípulos fieles de este bando. Solo quedaban 3. El anterior Skámmirus, sabía que este era su momento, de derrocar a el Emperador, exigiéndole el poder al Dios Sol. Entonces sin dudarlo, sacó un puñal y asesinó por la espalda a uno de sus compañeros. el otro restante sospechaba de lo que había ocurrido. Así que intentó acabar con él, pero por desgracia. Intentó hacerse con un arma más grande, cogió una gigantesca lanza, pero al instante fue desintegrado. El último Skámmirus, el traidor. Sabía que este era su momento, reunió la energía de todos sus difuntos compañeros. Y apareció. El Dios del Sol, una gigantesca figura, con piel dorada, majestuosas alas esmeraldas y con cabeza de cobra. El Dios Sol supo en todo momento lo que pasó dentro del templo. Y asqueado, de estos seres y de este mundo podrido, su lanza levitó hacia él, la cogió por su empuñadura. Y acabó con el traidor de los buscadores de la verdad, haciendo así, desaparecer este bando. Acto seguido dijo: Apofis, recogerás lo que has sembrado. Ahora, un dios omnipotente con un gran poder, enfurecido por el fracaso. Pierde totalmente la piedad. Afirma que no dudará en matar a todo lo que se cruce en su camino, para así derrotar a su gran enemigo, Apofis. Dios de la oscuridad y del caos. Así que, el emperador tiene sus días contados.

FIN