Cerefro es un ser complicado de describir.
No se sabe su origen, aunque se sospecha que es un experimento de una civilización, anterior al universo, que el mismo destruyó, tampoco se sabe su edad, aunque se lo imaginan. No es necesariamente un ser malévolo, pues no busca el mal, pero esta dispuesto a hacer lo que sea para conseguir sus objetivos.
Se lo conoce por ser extremadamente inteligente, pues gran parte de su cuerpo es su cerebro (o eso se dice). Tiene grandiosos poderes mentales, e incluso puede llegar a distorsionar la realidad misma. Puede viajar por el espacio y puede distorsionarlo para ir de un lugar a otro, pero prefiere viajar naturalmente.
Según algunos, se ha visto en planetas que posteriormente estallaron, según otros, ha estado segundos antes de una supernova en la estrella, por lo que se ha llegado a la conclusión de que de ahí saca su energía.
Su "conducto trasero" puede liberar grandes cantidades de energía para poder viajar por el espacio, aunque pocas veces lo hace.

Según algunos, es la contraparte de Chorifug, pero muchos están en contra de esta teoría...

Ésta extraña criatura es un misterio para los expertos. Se presento sola hacia la comunidad cientifica, demostrando su caracter tranquilo y docil.
Su idioma es un misterio, pero puede transmitir conceptos a partir de la mente, de ésta forma se ha logrado descubrir secretos del universo, y también descubrir el origen de Cefron y Cerefro.

Y, citando los descubrimientos científicos, ésta es la (supuesta) "Gran Historia" (abreviando, obviamente):
En la "Época antes del Tiempo", una civilización muy antigua surgió. Eran seres de paz y tranquilidad, con una inteligencia que sobrepasa lo conocido. Ellos investigaban sin cesar todo lo que podían, para establecer el mayor conocimiento entre todas las esferas existenciales.
En uno de sus mayores "Centros de Conocimiento" los "Atemporales" crearon un almacén inmenso en donde se ubicaban experimentos genéticos para su desarrollo, y más tarde eran puestos a prueba.
Cetrom fue su primer experimento, anterior a la creación del "Almacén Genético", pues el lo sugirió. Su objetivo era crear criaturas hermanas, capaces de ayudar al desarrollo de su cultura y de la especie Atemporal.

Entre los experimentos, surgieron los dos "Cetroprincipos", grupo en el que Cetrom sería el tercer integrante.
Estas criaturas, Cerefro y Cefron, lucharon hasta la destrucción de la "Civilización anterior al universo", así creando un caos tan absoluto que termino cuando las tres poderosas mentes de estos seres se ubicaron en una confrontación, en la cual Cerefro y Cefron luchaban por la supremacía, y Cetrom peleaba por salvar a su pueblo.
Tal confrontación derivó en un punto de dimensión cero con tal energía que creo una explosión tan imponente, a la cual actualmente le llamamos Big Bang.

Cetrom se muestra muy avergonzado y triste por las acciones de sus dos hermanos, y se presento a la comunidad científica luego de despertar de un sueño de la edad del universo, en el cual no envejeció.

Según dice, no quiere luchar más frente a sus hermanos, pero lo hará si así es necesario. Pues, según su descripción, los dos enemigos están acumulando energía para una guerra, y es muy posible que se necesite algún ejército defensor del universo para evitarla.

Ah, y también menciono que Cerefro posiblemente esté creando otro Cetroprincipo para ayudarlo en la lucha.

Botfrom se despertó. Se encontraba en una camilla. Era... curioso, pues a pesar de no tener ningún recuerdo lo sabía TODO.
Miro a los lados. Nadie. Se levantó de su camilla sintiendo una punzada en su nuca. Se acaba de dar cuenta de que tenía toda su espalda cosida, pero su nuca quedo abierta.
-Sientate, Botfrom - era curioso, pues la voz parecía salir de su mente -. Botfrom, me llamo Cerefro, te acabo de crear.
-¿Cerefro? Hummm... - Unas imágenes se agolparon en su mente. En ellas se veía un ser violeta extremadamente poderoso, el cual salía de una especie de frasco verde de vidrio. Ese mismo ser, más tarde, luchando con su mente con un ser verde y uno azul.
-Sí, Cerefro - añadió la voz, pero ahora Botfrom sabía de dónde provenía. Estaba por entrar volando a través de una puerta, y le transmitía las palabras mentalmente -. Te he fabricado con un solo objetivo: Luchar a mí lado para derrotar finalmente a Cefrom, y para sacarme de encima al molesto de Cetrom.
-Tus enemigos. - La voz de Botfrom salía metalizada por un aparato metálico que hacía las veces de boca.
-Sí, Botfrom. Ellos son los otros Cetroprincipos, y tu serás el cuarto.
-O sea que soy muy poderoso.
-No te das cuenta de tu poder a pesar de tu Semi-Omnisciencia. Es normal, pues he canalizado en ti la energía de un millón de supernovas. Pero eso no es suficiente. - Miró a Botfrom con exasperación. - ¿Es que no puedes hablar por telepatía?
Botfrom le sostuvo la mirada.
-Sí, pero me parece MUY bajo estar escondiendo nuestras palabras, querido Cerefro.
Cerefro no podía creer la insolencia de Botfrom, y, en su furia, dijo:
-Botfrom, yo te cree, y harás lo que te diga hasta haber eliminado a los otros Cetroprincipos. Entonces podrás hacer lo que te plazca.
Botfrom observó a su creador muy detenidamente mientras sellaba su abertura, dejando un propulsor en atornillado en su lugar. Cuando Cerefro comenzó a levitar hacia él, nuestro amigo saltó (cuatrodimencionalmente, claro está), y se sumergió en un planeta lejano.
Cerefro desistio de seguirlo, y se retiró a una estrella lejana para sumar aún más poder para la guerra.

Botfrom aterrizó en un planeta lejano al que se ubicaba su nacimiento. Luego de comprobar que Cerefro no le seguía, decidió su siguiente paso. Mirando el inmenso bosque en el que se encontraba, Botfrom alzó una de sus garras controladas psíquicamente. Inmediatamente, en un espacio de unos veintemil kilómetros cuadrados todo rastro de vida se alzó del suelo. Observando detenidamente los animales y plantas flotantes, Botfrom los comprimió en una esfera de dos milímetros de diámetro, y la incineró con sus habilidades psíquicas.
Observando un trozo de terreno, nuestro amigo aplanó unos cuarenta kilómetros a la redonda. Botfrom alzó paredes de piedra lisa, colocó techos, demolió hoyos para posteriormente colocar vidrios y hacer ventanas, extrajo minerales del suelo para construir todo un laboratorio subterráneo, junto con portales para no tener que gastar energía al viajar.
En tan solo unos segundos, Botfrom ya había creado una base.


En su laboratorio, Botfrom terminó de diseñar un ente biológico. Una criatura con partes faltantes, condenada a sufrir el resto de su existencia. Botfrom colocó las partes roboticas necesarias, y una base para poder pararse, y observo la criatura sufriente.
Le bastó.
Había creado, por supuesto, a Abominos. Una criatura hecha nada más para poder pararse encima y caminar entre el reino que posteriormente crearía, observando que cada cual cumpliera con su deber.


Cuando Botfrom terminó con la creación de Abominos, salió de su extraña base.
Botfrom dirigió su mirada hacia el suelo que tenía frente a el, parado sobre su creación horripilante, y, alzando su garra derecha, levanto del suelo un extraño e inocente ser de tierra.
Botfrom observó a la criatura, y, al agradarle, creó más.
Una vez Botfrom terminó de crear cien de éstas criaturas, les ordeno la creación de un pueblo, el cual solo llevó unos minutos.
El poco rato, Botfrom ordenó tareas, entre ellas estaban la de reproducirse en cantidad, la de construir aún más hogares, y la de entrenar para la guerra.
Aproximadamente un mes después (calendario humano), Botfrom tenía bajo su poder una inmensa ciudad con gente sufriente por su trabajo en las minas, en las fábricas y en sus otros igualmente terribles trabajos.
Cuando ya hubo pasado el suficiente tiempo, Botfrom creo a los guerreros.


En cuanto Botfrom anunció la creación de los guerreros, el trabajo de su pueblo se triplico para la fabricación de armas y alimento para estas criaturas.
Estos guerreros son criados desde su nacimiento con enseñanzas militares, para prepararlos para la inminente guerra.
Entre los guerreros, se seleccionan a los más fuertes y se los convierte en "General", criaturas sanguinarias que erradicaran sin ningún remordimiento a cualquiera que no sea de su bando, haciendo uso de su fuerza superior.