Taller de escritura | Jeshua's Custom Workshop

Buenos días, mundo mío. Tenía un buen tiempo sin registrar una nueva entrada en este diario. ¿Por qué no lo había hecho, se preguntarán? La respuesta más corta a esta cuestión, es que estuve muy ocupado con una nueva “operación” comercial. Nada del otro mundo, pero aún así, fue de lo más interesante que me aconteció en este mes. Espero que pueda realizar movidas semejantes más a menudo, pues esto me reporta una gran ganancia y satisfacción.

Me levanté temprano en el sexto ciclo solar de la doceava transición planetaria. Mis hijos aún estaban acostados, junto a mi esposa, quienes son ignorantes de mis grandes movimientos. No suelo sentir remordimiento por mis acciones, pero esta vez, sabía que cometería algo mucho más grave, y me rehusaba a mirarlos a la cara. Tomé mi bebida animal, junto a mi porción especial de carne, pues estoy en una dieta. Últimamente me he estado anquilosando, y todos sabemos que eso no es bueno para los Aliensuc. Muchos habitantes de Destruids han muerto debido al sobrepeso. Y es que la mayoría son comerciantes y terratenientes obesos que no hacen nada de ejercicio. Yo al menos practico el deporte del agua a menudo.

Mientras andaba de camino al callejón oscuro, me encontré con un grupo de seguidores de Spode. Me pregunto cómo esos seres aún siguen existiendo en estos tiempos. Nuestro planeta es casi totalmente un centro capitalista, donde se da un total énfasis al materialismo. Pocos se dedican a cosas “espirituales”. Fue bastante curioso encontrarme con estos sujetos. Se veía que no eran nada parecido a mí. También soy un terrateniente y comerciante, corrupto, así es, pero más vale el oro que el alma.

Los ríos que estaban atravesando las calles estaban poblados con las lanchas y las góndolas. Un par de enamorados daban una muestra pública de afecto. Hace años que no había algo así con mi esposa. Los edificios de la calle eran de lo más variado. Pude divisar la fábrica principal de la ciudad, un gran edificio de tono marrón. Una estructura en verdad imponente, pues era de varios pisos, que estaban conectados por una gran escalera espiral. Siempre le tuve miedo a esa escalera. Parece que en cualquier momento me voy a caer, y eso que suelo ser un Aliensuc bastante fuerte y tolerante. El ayuntamiento era, en comparación, ridículamente pequeño. Estaba repleto de maletas en el techo. Tras dar unos pasos más, me encontré con una vieja casa, que nadie se había animado a derribar. Aún tenía un estilo medieval, que contrastaba bastante con el resto del conjunto arquitectónico. El rugido del motor de la nave capital del planeta, retumbó por los cielos. Era una nave con un diseño burdo, a mi parecer.

Llegué entonces, al bar. Este era un edificio burdo, de un color verde chillón y de formas redondeadas. Me acerqué a mi “cliente”, quien estaba vestido con una gabardina de color negro, y un absurdo sombrero con el que pretendía ocultar su rostro.

—¿Tienes la mercancía? —me preguntó el Aliensuc de nombre desconocido.

—Por supuesto, señor. Estoy esperando sus esporetas.

—Deme la maleta primero.

Le di la maleta, sabiendo que le quedaban pocos segundos para vivir. Me despedí, le dije que su sombrero era horrible y abandoné el local, tomando las jugosas esporetas. Me coloqué el disfraz, asegurándome de que nadie me echara un ojo. En definitiva, nadie logró verme, y fue en ese momento, en el que escuché un grito de dolor en la distancia. Era el sujeto, miembro de una empresa rival, quien había caído muerto por el gas que había lanzado la maleta sobre él. Creo que nadie más murió. No soy un asesino así por así. De esta forma fue como mi empresa pudo obtener su venganza. En fin, me despido de ti, diario mío.

Esta evidencia fue encontrada en el lecho de muerte del ciudadano Juykor, asesinado en el ciclo solar anterior, víctima de un sindicato criminal, sicarios de la empresa Sylph. Su familia negaba que el acusado tuviera algo que ver con los cargos, pero esta evidencia material cierra el caso.

@Erick Dreemurr había vuelto triunfoso al foro. Estaba muy apresurado con retomar la actividad, así que no dudó en envolverse en una bola de fuego para llegar rápidamente al subforo de criaturas. Tan potente era su llama, que deja incencidadas a un montón de pobres criaturas a su paso (acción que provocó que muchos post quedaran con creaciones caídas). Sin embargo, no solo quemó a un par de criaturas, sino que iba tan precipitado que, sin darse cuenta, se dio directamente contra @Dragonguy2005.

El extranjero del foro se molestó bastante. ¡Imagínate, se chamuscó su preciada chaqueta cian! Por poco sus cuernos quedaban negros. Este pequeño incidente inició una más o menos «acalorada» [el autor tiene un pésimo sentido del humor]. Al principio, Erick se quedó sin saber que decir, mientras Dragon intentaba apagarse el fuego.

—You should see where you're going! Worse considering you're… on fire. —dijo Dragon, quien, por la rabia, habló de forma intentendible.

—Eh… excuse me, I'm in a hurry! —respondió Erick, como pudo en inglés.

—That doesn't justify anything! This will be paid for in blood.

—¡Un momento! —dijo @Davitroon, el actual guardian de la paz del foro—. ¿Qué ocurre aquí?

—This guy just burned everything! —respondió el agredido.

—¡Juro que fue accidental!

—But this won't stay that way…

—Hay una forma fácil de resolver esto —continuaba Davi—. Estamos en la nación de Spore, así que… let's do this texan style!

Así que Davi, quien era el encargado de crear todos lo retos en la Sporepedia, los animó a resolver las cosas a la manera sporeana. Ambos se pusieron de acuerdo para cumplir con este desafío. Ya que todo comenzó por unas llamas que se salieron de control, los dos usuarios decidieron que el problema se resolvería trayendo de vuelta a la vida a las criaturas que Erick mató con fuego, algo que podrían hacer fácilmente con sus respectivos poderes. Mientras, @Jeshua se dedicó a espiar a los dos combatientes, para poder registrar todo el evento. ¿Quién podrá crear la mejor criatura fosforecente? Eso estará por decidirse. ¡Qué gane la criatura más ardiente!

Era una pacífica tarde en las tranquilas calles de la nación de la Sporepedia 2. Los usuarios admiraban las creaciones en el amplio zoológico. Sin embargo, una presencia oscura rondaba la zona. No era nada más y nade menos que @3lite. ¿Por qué había un aura tan oscura en un alma tan pura? Porque ella se encontraba de cacería. Así es, pues la comerciante deseaba sangre, sangre y sudor que emanara de un buen reto. Fue entonces, cuando divisó a su víctima.

No sería la primera del día. Había ya acordado un par de retos más con otros incautos usuarios del foro. Pero este era especial. @Señor Mapacho también deseaba ver algo de acción. En cuanto ambos se vieron, supieron cuáles eran sus malévolas intenciones. Estaban dispuestos a darlo todo en el campo de batalla. Corrieron hasta estar frente a frente, y entonces, el proceso se dio de forma natural, más natural que cuando los ecologistas hacen sus cosas.

—Así que veo que sos como yo —dijo Elite.

—¿Ah, sí? ¿En qué sentido? —cuestionó Mapacho.

—Pues que también a ti te gusta ver al mundo arder. Y debemos hacerlo a la manera sporeana.

—Dale, pues. Que sea nuestra primer batalla.

—Mirá, sé que hay otro reto que ya está en curso. Perfectamente podríamos hacer algo similar.

—Supongo que te refieres al de Endy. Percto, pues. Que sean criaturas híbridas.

Y se repitió la historia del otro reto. Los dos retadores contactaron con Davi, quién se encargó de supervisar el proceso del reto, quien a su vez, llamó al pequeño Jesh-Chan para que registrara todo. Elite y Mapacho se fueron corriendo, cada uno a sus talleres, para comenzar con las creaciones. ¿Qué aberraciones de la naturaleza pueden surgir cuando le das a dos usuarios de la alocada Sporepedia 2? Ya lo veremos. Experimentos de esta magnitud son de la envidia del mismísmo Dr. Beincrox. ¡Qué gane el mejor mezclador de especies!

@Señor Mapacho aún estaba luchando contra la maestra Elite, dándolo todo en el campo de batalla. Mucho había sufrido, pero valía la pena. Ambos usuarios estaban dispuestos a humillar al contrincante hasta hacerlo morder el polvo. Sus criaturas híbridas habían sido votadas en partes prácticamente iguales. Todo había estado muy reñido. Pero aún así, a pesar de estar malherido por el duro combate, el valiente usuario del foro decidió que no bastaba con un reto, ni con dos, sino con tres.

Fue entonces, cuando Elite mandó a volar a Mapacho fuera del coliseo de Retos. Cayó muy cerca del zorrito azul @Zack_Vulpes, casi golpeándolo cual meteoro. Ambos se vieron cara a cara, y se dieron en cuanta entonces de lo que cada uno deseaba. Mapacho se sacudió el polvo, le dio un apretón de manos a su posible rival e hizo una pequeña reverencia, que fue correspondida. Entonces, Zack abrió sus fauces para decir:

—Así que… te están apaleando.

—Ya quisieran. Estoy dando combate.

—Veo que te gusta el Pokémon Beedrill, ¿no es así?

—Claro que sí, ¿por qué la pregunta? Deberíamos concentrarnos en batirnos en duelo.

—Batirnos no, ni que fuéramos licuadoras. Pero, te propongo esto. Ya que eres tan bueno con insectos, ¿por qué no creamos… toda una colmena?

—Como anillo al dedo.

Mapacho se despidió de su nuevo oponente, para regresar al coliseo a enfrentarse a Endy y Elite. Zack, el retador, se dirigió a la oficina de Moderación de Retos para consumar el desafío. Debido a toda la presión, acordaron en que el plazo de creación sería de dos semanas. ¿Quién logrará crear la mejor colonia, que devorará y destrozará a la enemiga? ¡Ojalá gane el enjambre más feroz y mejor preparado!

@Erick Dreemurr había decidido tomarse unas pequeñas vacaciones del foro. Decidió que ya había participado en demasiados retos por el momento. Así que para relajarse, fue a un planeta no muy lejano en el que el bioma dominante era la sabana. Había decidido observar a los animales que plácidamente pastaban en el terreno. Al principio, todo parecía ir a la perfección, hasta que el gatito espiritural volteó hacia un lado. Y ahí la vio: una gran criatura azul, claramente sporeana, con un rifle y un gorro de caza. Era @3lite

—¡Por un demonio, lo que faltaba! —exclamó el gato.

—¿Qué? No querías verme por aquí? —respondió la maestra, con lágrimas en los ojos.

—A mí no vengas con lágrimas de cocodrilo.

—¿Lágrimas de cocdrilo? ¿Qué es, una nueva droga de Koko? Creí que ya había dejado las andadas.

—No —respondió este, girando los ojos—. Sé por qué estás aquí. Estás buscando más retos.

—No, yo sería incapaz de mandar a más usuarios al abismo de la derrota.

—¿Qué haces con esos binoculares y esa escopeta?

—Cazando, ¿no ves que estamos en una zona de caza?

—Claro, cazando retadores, como una depredadora.

—Vamos, anímate neko. No querrás que use esto —dijo, acariciando el cañón de su arma.

—Ay caray, eso sí me interesa —respondió él, nerviosamente.

—Tranquilo, no te voy a disparar. Pero si te pegaré con el mango si no aceptás, ¿capicci?

—Bueno, pero si quieres hagamos un reto, tú misma tienes que regresar a la Sporepedia 2 a confirmarlo.

—Carajo, una no puede desaparecerse ni por un momento y ya tiene que regresar.

Entonces, 3lite dejó su arma, para no seguir perturbando a Erick, y partió junto a él en un taxi intersistemático. Lástima que el precio del coaxium había subido mucho y les salió muy caro. Sin embargo, ese dinero sería recuperado por alguno de los dos, por aquél que ganara el reto. Acordaron que, ya que todo empezó porque se encontraron en un planeta de caza, lo lógico sería contribuir a la prevención de extinción creando nuevos ejemplares de rinocerontes. ¡Qué gane el que cree a la bestia más formidable e implacable!

Patricio iba tranquilamente volando en su nave (hecha de chocolate) por el cosmos cerca al planeta de la Sporepedia 2, junto a su amigo Zack. Lamentablemente, Patri tuvo demasiada hambre, y no pudo resistirse a comerse la nave. Ambos se estrellaron en un planeta que no era su foro, así que Zack comenzó a lanzar sapos y culebras a su amigo. Inmediatamente, comenzaron a recolectar piezas de metal para ser una mejor nave (y menos deliciosa para Patri).

En el planeta, pusieron algo de música para escuchar mientras trabajaban. Sin embargo, la música aparentemente atrajo la atención de un pulpo azul gigante. Este tipo de pulpos eran especiales, pues, aparte de poder ir en tierra, dejaba como descendencia cualquier criatura de agua. Este se acercó lentamente hasta los dos, quienes estaban entrando en pánico. Estaba destrozando todo lo que quedaba de la nave, pero comenzó a tocar unos cables y se electrocutó. Misteriosamente, al morir, dejó dos huevos en la arena. Zack los tomó para cenar pulpo frito, pero Patri sugirió algo más divertido.

Su plan fue que intentarían adivinar como sería la nueva criatura que saldría del huevo, mediante el editor de spore. Quien lo hiciera, tendría que reconstruir la nave sin ayuda, mientras el otro disfrutaba de las vacaciones extraterrestres. Tenían que apurarse con los diseños animales, pues las crías nacerían en menos de un mes. ¡Qué gane el creador de la mejor criatura de agua!

Había ocurrido una gran tragedia en el foro. Los bots spameros chinos pervertidos, habían regresado al foro a atacar. Muchos usuarios habían caído ya ante su malévolo flood. Todos menos dos valientes combatientes: Mayoneso y Zack Vulpes. Los dos soldados avanzaron valientemente al campo de batalla, destrozando a todos los androides que pudieran. Una bala le dio en la oreja a Zack, dejándole un hoyo en la misma, y haciéndolo sangrar. Dav lo llevó a una de las trincheras, para intentar curarlo.

Fue al refugiarse, que se dieron cuenta de que no podrían seguir la batalla solos. Así que, aún con las heridas de la guerra, sacaron sus editores sporeanos portátiles, y comenzaron a crear y a crear. Rápidamente desplegaron un pequeño batallón de criaturas, pero eran demasiado débiles y fueron vencidas por los robots. Tenían que conseguir un editor más avanzado. Así que se escabulleron hasta llegar a uno de los editores del zoológico.

En cuanto llegaron, volvieron a usar sus habilidades de creación, aunque estaban bajo presión. Esta vez podrían hacer criaturas más fuertes e inteligentes: capitanes. Y cada uno utilizaría unas partes y estilos que estaban de acuerdo al arquetipo. Las desplegaron, aunque eran menos, podrían causar más destrozos. ¿Cuál sería la criatura que destrozaría más bots spameros? Estaba por verse.

Era una fría noche en un campo alejado de la ciudad, en el país terrestre de Sucre. Erick, quien se acababa de comprar una nueva nave, aunque un poco usada, había invitado al segundo Zack del foro, a dar una vuelta por la Galaxia de Spore. Erick había escuchado de unos interesantes rumores, que afirmaban, que en aquel campo de las afueras de Sucre, ocultaba un perturbador secreto.

Los dos se bajaron de la nave, junto a una gran mansión hecha de madera de cedro, árbol que abundaba en aquel lugar. El estilo era bastante colonial, pero no español, sino más bien inglés. Esto no era algo demasiado extraño, debido a la diversa herencia cultural de Sucre. Tomaron dos antorchas artificiales, le dieron unas patadas a las puertas para destrancarlas, y se dispusieron a entrar al lugar.

—Espero no decepcionarme —comentó Zack—. Pagamos muy cara la gasolina hasta acá.

—Eso sí. Aunque, ¿no crees que sería mejor que no hubiera nada? Digo, así nos ahorramos sustos.

—En eso está lo divertido, amigo.

Erick se dio cuenta de que uno de los libros de la estantería, estaba extrañamente resaltado. Por instinto, lo jaló hacia atrás, y tal como en las películas, se abrió un pasadizo secreto. Ambos se agacharon para caber por ahí, y en cuanto llegaron al otro lado, se encontraron con el horror. El lugar estaba lleno de cadáveres, y círculos de invocación. Y sentado en una silla al frente, se encontraba un conejo negro, con tan sólo dos ojos que brillaban como estrellas.

—Los dejaré salir de aquí —decían—. Sólo si me brindan una ofrenda. Si no, morirán. ¿Qué tienen para ofrecerme?

—Pues... —empezó a hablar Zack.

—¡Criaturas! —afirmó Erick. — ¡Podemos sacrificarte criaturas!

Y así, los dos, tomaron sus editores, que se encontraban en las naves, y empezaron a crear las más horribles abominaciones que pudieron, esperando que sus ofrendas fueran del gusto del demonio. ¡Que gane la criatura más terrorífica!

Hace quinientos años, la nación de la Sporepedia no era como lo es ahora. No habían grande rascacielos, no había tecnología. Mucho se olvidó de esa época, principalmente, cómo fue la Guerra forística medieval. Para averiguarlo, los científicos del foro se reunieron en lo que antes era la casa de Mx3, para utilizar la tecnología del Animus. Con esta, podrían traer de vuelta los recuerdos de los antepasados de los usuarios. Los voluntarios fueron dos grandes amigos: Davitroon y Vulpes.

—¿No habrá ningún efecto secundario, o sí? —preguntaba preocupado Dav.

—Tranquilo... sólo un par de alucinaciones —aclaró Data, otro científico que participó en el proyecto—. Lo denominamos... el efecto sangrado. Pero no te preocupes, también tiene beneficios. Podrás aprender de las habilidades de tus antepasados.

—¿Dolerá? —cuestionó Vulpes.

—Nada muy fuerte... tal vez dolores de cabeza.

Entonces, Data conectó a ambos en la máquina. Estaba ubicada sobre una especie de camilla blanca. Las imágenes que verían fueron reales, pero aún así, podía ser que cierto tipo de defectos apareciese de la nada. Les inyectaron un líquido que estabilizaría sus células cerebrales, y les permitiría tener una buena conexión con la tecnología del Animus. Pronto, olvidaron todo lo que tenían en mente y se unieron con la memoria de sus antepasados.

Al principio, todo era muy confuso... parecía un fondo blanco. Podían "ver sus cuerpos", pero eran formas indefinidas y amorfas, como un modelo sin textura. Intentaban caminar, pero parecía que no se movían a ningún lado. Realmente no sabían que hacer. De pronto, las imágenes se hicieron más nítidas. Lograron divisar a una figura de unas proporciones extrañas... acercándose. El sentido aumentado que les brindaba, les permitió deducir que se trataba de un aliado. Entonces, todo se fue. La tecnología tuvo una falla catastrófica.

Se despertaron de repente y volvieron a ser los mismos Vulpes y Dav de siempre. Lo primero de lo que hablaron fue de aquella figura que habían visto. Se pusieron a discutir sobre que forma tenía, para ayudar a la investigación sobre que tan precisa era la tecnología en diferentes individuos. Pronto se fueron a los editores y se pusieron a recrear lo que ellos pensaron que habían visto. ¡Qué gane la criatura medieval más exacta!

Samuel se encontraba regando las plantas que se encontraban en su jardín. No eran nada demasiado impresionante, pero estaban bastante sanas. Las regaba con sumo cariño, eran más o menos como sus hijas. «Están muy bonitas las plantas», pensaba. Pensaba en pasado, pues inmediatamente, Tuti apareció con su mato y procedió a atropellar a todas las plantas de Samu. Esto provocó que él se enojara, y decidió que tenía que tomar venganza de alguna manera.

—¡Tienes que devolverme mis plantas! —le reclamaba.

—Claro que no, ¿cuánto costará eso?

—Sólo quiero que me regreses lo que me quitaste, no te exijo nada más.

—Pues, ¿cómo hago para hacerlo? —cuestionó, irritado.

Entonces, a la mente de Samu llegó una idea.

—Ya está, hay una solución muy sencilla.

—¿Cuál?

—A la manera sporeana, claro.

—¿Cómo? No tenemos editor de plantas en nuestra tecnología.

—Sí lo sé, pero a veces hay que ser algo más... "creativos".

—Sigo sin entender.

—Sencillo, que hagas en criaturas mis plantas.

—No tengo idea de cómo hacerlo... ¿no tienes algún boceto por ahí?

Y así, Samu le entregó sus bocetos de plantas a Tuti, y decidieron colaborar para crear a la mejor planta.