Se pretendía mejorar a la criatura Vernast con un virus experimental, sin embargo como efecto secundario ocurrió la zombificación. No se puede decir que el proyecto fue del todo un fracaso, las ventajas adquiridas sobrepasan los perjuicios ocasionados al espécimen, al menos según los intereses de nuestros inversionistas.




Aunque la criatura perdió la capacidad de volar, las extremidades superiores desarrollaron grandes protuberancias óseas muy filosas con las que empala a sus víctimas infligiendo un daño considerablemente letal. Su cráneo desarrolló una boca de apertura cuádruple con filas de dientes, incrementando el agarre de su mandíbula.
La zombificación todavía es tema de estudio, aún está por verse si se puede anular este efecto para futuros experimentos, o si trae consigo ventajas imprevistas.

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