Rolea Tu Imperio - Hijos de Leyendas

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La nave de las chicas finalmente había entrado de regreso a la capital Rayeco y desembarcado en uno de los hangares exteriores a la torre de Bluff, alrededor de las murallas del perímetro y bajo la guardia de todo el personal encargado de la zona. Al ser una nave de tamaño mediano y grande, se le daba prioridad para el descenso y las rutas de naves que circulaban alrededor como tráfico aéreo debían desviarse un poco. El Rhino abrió sus puertas y apenas estas tocaron suelo, dos guardias entraron a la nave corriendo, pasando justo entre medio de Ayumi, quien bajó primero con su característico rifle en manos. Detrás de ella, le siguió Ellie a no mucha distancia.

Cuando las dos estuvieron abajo y ya de nuevo en la superficie, la joven peliroja acompañó a Ayumi hasta un par de soldados de rango mayor donde esta se encontraba presentando detalles de la misión, mientras tanto de la nave subían y bajaban guardias con cajas de suministros.

-Asegúrense de que todos los niveles de energía estén a niveles nominales durante la primera y segunda revisión.
-R. Bijl: Podemos encargarnos directamente desde aquí, no se preocupe. La revisión general de la nave esta en buenas manos. ¿Y los prisioneros?
-Bajando. Preparen a las unidades francotiradoras por si hay señales de resistencia.
-R. Bijl: Entendido.

Desde atrás, los prisioneros capturados comenzaban a bajar con esposas eléctricas en sus manos, detrás de ellos iba Laurie con una sonrisa de victoria en el rostro, poco después le siguió Katia y así hasta que todos estuvieron abajo finalmente. Los prisioneros fueron guiados hacia el interior de la torre principal por un grupo de guardias armados, mientras que Laurie y Katia se acercaron hasta donde se encontraban las demás.

-De acuerdo, es todo. Jhon sabe de nuestra llegada?
-R. Bijl: Así es, se encargará de verlas más tarde.
-Vale, entonces ya está!

Katia se dio vuelta hacia Ellie y, con una mano en su hombro, le esbozó una sonrisa, revolviendole un poco el pelo.

-Estuviste muy bien, no me cansaré de decirlo!
-Claro! fuiste de mucha ayuda allá abajo.
-Bien, es Jhon, tengo uno de sus mensajes en la tableta. Chicas, debemos subir y presentar el informe de misión, y entregar el artefacto también. Mientras tanto, quieres acompañarnos Ellie?

La joven desvió la mirada hacia el exterior de los muros del perímetro, con interés, Katia entendió lo que su hermana quiso decir con eso y le hizo gracia.

-Estaría loca si te dejara ir por ahí sola, y mucho más en esta ciudad, nunca sabes lo que puede pasar. Pero... si quieres salir a explorar un poco, tendrás que aceptar una pequeña condición a cambio.
-¿Cuál condición?
-Quincy irá contigo, no quiero perderte de vista, de acuerdo?
-Bien, no hay problema. ¿Dónde está el?

La pelirosa presionó un pequeño botón en su muñequera y, al poco tiempo, Quincy bajó de la nave rodando como acostumbraba. A pasos pesados se acercó a las chicas y agachó la cabeza, Katia le acarició.

-Bien Quincy, Ellie va a salir un rato afuera, quiero que la obedezcas en todo lo que te pida y te asegures que todo vaya bien, si?

El robot golpeó rápidamente el suelo con sus brazos y estiró la cara hacia Ellie, tocando su mejilla y emitiendo sus clásicos pitidos, Ellie le acarició también y esbozó una pequeña sonrisa.

-Creo que más bien seré yo quien cuide de el.
-De eso no tengo dudas!.-Dijo riendo.
-Vale, confiamos en ti Ellie! No te desaparezcas por ahí!
-Si nos necesitas por cualquier cosa, ya sabes que puedes llamarnos en cualquier momento.

Ellie asintió con la cabeza y Katia hizo señas con la mano a uno de los guardias para que permitieran la salida de su hermana del perímetro. Le guiñó el ojo y acto seguido, se dirigieron a la entrada de la torre para comenzar el ascenso y reunirse con Jhon. Ellie se dirigió a la puerta principal de salida y el guardia hizo un saludo militar, mientras otro abría la compuerta. Quincy le acompañó desde atrás.

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Kanasarena, la primera ciudad en aparecer en el mapa de Ventar-9 allá por los primeros años de la civilización del planeta. La capital de todas las ciudades Rayeco y la principal fuente de comunicaciones del planeta. La vida en Kanasarena podía resultar muy armoniosa, o por el contrario, muy agitada y peligrosa. La ciudad había visto varias veces desastres y ataques pero siempre conseguían recuperarse y seguir creciendo. Pese a que la tecnología del momento predominaba en cada rincón, la ciudad mantenía muchos espacios verdes y naturales que de cierta manera, ayudaba a sus ciudadanos de vez en cuando.

Música

Debido a su aislamiento, Ellie casi nunca había explorado la ciudad a fondo y las veces que lo hacía, se perdía. Ahí se encontraba, caminando en medio de un parque, rodeada de árboles y pequeñas bancas junto a estos, seguido por un camino de losas de piedra blanquecina, y en el medio del parque, una fuente de agua de gran tamaño. Se acercó a la fuente y observó su reflejo: en el fondo se podían ver pequeñas monedas, metió la mano y sacó una, la observó durante unos segundos y volvió a dejarla en la fuente. Los rayos del sol pegaban en su cara mostrando el rojizo de sus ojos. La risa de un pequeño niño y su madre desvió su atención: La madre reía con el pequeño y lo alzaba. Ellie seguía contemplando aquello, hasta que decidió marcharse del lugar y continuar su recorrido. Tras poco más de caminar, llegó a los barrios más altos de la ciudad, y ahí encontró de nuevo su hogar: La casa familiar. Se acercó a la reja de la puerta exterior y miró a Quincy un momento.

-Quedate aquí un momento Quincy.

El robot asintió con un pitido y se acostó junto a la puerta, como todo un "Perro" guardián. Ellie ingresó por el patio exterior hacia la puerta principal, la puerta estaba cerrada como de costumbre pero ella tenía acceso al panel oculto entre los ladrillos de la pared, por lo que pudo entrar sin problemas. La casa estaba vacía, las ventanas abiertas que dejaban entrar la luz y un llamador de ángeles en la parte trasera de la casa que resonaba por toda esta. Se encontraba subiendo la escalera hacia su habitación, pero una de las puertas llamó su atención: Era la habitación de sus padres. Pocas veces había estado ahí, puesto que Katia siempre mantenía la puerta cerrada y esta no era la ocasión. Deslizo la perilla y abrió por completo la puerta, En el medio había una cama de dos plazas y en cada esquina una mesita y velador. Echó un pequeño vistazo: La ventana de la habitación estaba entrecerrada y apenas entraba luz, así que la abrió por completo y el cuarto se iluminó. Fue ahí cuando vio una pequeña cajita con forma de cofre en una de las mesitas de luz. Se sentó en el costado de la cama y tomó el cofresito, abriéndolo. En el interior habían un par de viejas fotos, en la primera se encontraba Katia con una especie de trofeo en la mano, sonriendo y junto a ella su padre, TKS, y en la otra, se encontraba su madre, Dalila, en la cama con una bebé en brazos, que por obvia suposición, era ella. Revolviendo un poco, encontró un papel arrugado con una pequeña nota escrita en el.



Se quedó mirando el papel unos instantes, centró su atención en el confresito una vez más y vio un pequeño collar dorado. Al abrirlo, vio que en el interior había una pequeña foto de su madre. Estuvo mirando la foto por más de un minuto aproximadamente, y cerró el collar, apretándolo con sus manos, finalmente, se lo guardó para ella y dejó el cofresito cerrado de nuevo en la mesita de luz. Ya debajo, salió de la casa hasta la entrada, y miró al cielo una vez más.

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Finalmente, tras poco tiempo de meditarlo, las opciones estaban claras para el momento. Los cielos lentamente comenzaban a oscurecerse y tanto Nathan como Annie se percataban perfectamente de esto, para preocupación de ambos. A paso ligero y casi sin aliento, alcanzaron los restos de la nave en la que se habían estrellado nuevamente, y la revisaron todo lo que pudieron para rescatar las provisiones dejadas tras el impacto. Las mejillas de Annie estaban rojas por el frío, y el par de hermanos continuaban exhalando vapor de sus bocas. Una vez que recuperaron las provisiones, volvieron junto a Sahsa. Annie tomó una de las bengalas y la encendió en el medio para crear una pequeña fuente de calor por un tiempo limitado, mientras acercaba sus manos e intentaba calentarse.

Nathan estaba un poco mas afuera, observando los cielos.

-No tengo idea de donde hemos ido a parar, pero parece que está oscureciendo a un ritmo muy acelerado, deberíamos quedarnos aquí por esta noche y salir en cuanto vuelva a amanecer.
-Y eso como en cuánto será?
-No sé el tiempo de rotación de este planeta, así que ni idea. Pueden ser un par de horas, o varias, quien sabe... Cómo están tus heridas?
-Yo estoy bien... y tú?
-Bueno... tengo un corte... deberé tratarlo pronto.

Nathan continuó observando a la lejanía, los cielos ya casi terminaban de caer, pero en ese instante, sus ojos juraron haber visto un destello de luz nuevamente en el horizonte.

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Pasó la noche, fueron unas interminables 10 horas, entre sueños y desvelos, acompañados de una ventisca que se empezó a generar durante las altas horas de la noche. Ambos hermanos estaban tiritando de frío, pues la noche había congelado aún más el ambiente. Los tres tenían trajes especiales que les cubrían el cuerpo totalmente menos el rostro y que los mantenían con una proporción mínima de calor para que siguiesen con vida. Sahsa seguía inconsciente, mientras que los dos hermanos ideaban un plan.

Música

-Sahsa sigue igual, no tenemos muchas provisiones... ¿Qué vamos a hacer? Aguantaremos como máximo dos días aquí si no morimos de frío...

-Anoche vi a lo lejos una especie de luz, diría que es un poblado, pero no estoy seguro...

-¿No te habrás confundido con alguna luz de nuestra nave?-Dijo algo escéptica

-Estaba demasiado lejos como para ser de nuestra nave... Podemos ir a comprobar, después de todo no nos queda mucho por hacer...

Annie entonces torció una mueca en su rostro de disgusto y temor

-Nathan... Tengo miedo-Dijo cabizbaja

El joven entonces tomó ambas manos de su hermana y las apretó con fuerza. Annie miró a su hermano y lo abrazó con fuerza, con el objetivo de buscar algún consuelo ante su situación.

-Todo saldrá bien, hermanita...-Dijo mientras le acariciaba la parte inferior de la cabeza

Tras estar varios segundos así, Annie soltó a su hermano y se puso en pie, Nathan hizo lo mismo

-¿Qué hacemos con Sahsa?

-La llevaré a cuestas. El camino a seguir es todo recto a partir de nuestra nave.

Dicho esto, el joven se dispuso a levantar a la joven inconsciente y llevarla en su espalda a cuestas, lo que al principio fue un poco doloroso debido a las heridas que Nathan tenía, que hicieron que el joven se desestabilizase un poco y casi tirara a Sahsa. Annie fue en su ayuda para que eso no ocurriese y lo mantuvo en pie.

-¿Seguro que puedes?-Dijo preocupada

-Tranquila... Tú ocúpate de llevar todos los suministros que tenemos.

Dicho esto, Annie tomó todos los suministros que les quedaban, junto a las bengalas y demás. Tras eso, ambos se pusieron en marcha hacia la dirección que el propio Nathan había indicado con anterioridad.

***

Fin de la Música

Los hermanos se adentraron en la ventisca, la cual era densa y fuerte, pero no les quedaba más remedio, puesto que sus suministros escaseaban y tenían poca experiencia en la supervivencia como para quedarse más tiempo en el lugar en el que habían estado. Annie iba un poco adelantada y guiaba a Nathan, pues este cargaba con Sahsa. El rostro de los tres estaba completamente frío y soltaban vapores cuando respiraban. De pronto, una especie de aullido se escuchó hacia delante, de entre la ventisca. Annie y Nathan se pararon por completo, tragaron saliva y se temieron lo peor. Otro aullido se escuchó a su derecha, por lo que ambos giraron sus cabezas en esa dirección. Un aullido más se escuchó a su izquierda, por lo que giraron de nuevo las cabezas hacia donde provenía aquel horripilante sonido que les puso los vellos como escarpias. Y de entre la niebla, aparecieron tres lobos blancos, con los ojos azules, que se movían a una velocidad demasiado rápida como para apreciar con total nitidez sus movimientos. Estos lobos tenían largas colas blancas con un pelaje abundante, por lo que parecían haces de luces cada vez que se movían a tal velocidad.

Los tres lobos empezaban a rodear a los hermanos, lo que hizo de Annie rápidamente invocase a su espada. Era la primera vez que luchaban contra enemigos de verdad y que cualquier error les podía salir caro, por lo que la joven estaba un poco nerviosa. Nathan, aún con Sahsa a su espalda, invocó también su espada, pero estaba muy limitado físicamente por sus heridas y por cargar con su amiga, por lo que Annie servía de "muro de contención".

Música

Uno de los lobos se abalanzó sobre Annie. Esta repelió el ataque defendiéndose con su espada y no sufrió daño alguno. Annie se mantuvo en posición defensiva, mientras recordaba el adiestramiento que había tenido unos días antes con su padre. Nathan por su parte, intentaba también mantener una posición defensiva, detrás de Annie y con Sahsa a sus hombros. Otro de los lobos se abalanzó contra Annie. La joven repitió el movimiento anterior, pero esta vez el impacto hizo que su espada se le cayese de las manos, por lo que quedó desprotegida para que el tercer lobo se abalanzase contra ella. Annie se agachó para recoger su espada, pero se tropezó y quedó a merced de los lobos. El tercer lobo se abalanzó sobre ella, pero Nathan con un hábil y rápido movimiento de espada, le metió un golpe duro y seco en la cabeza que dejó al lobo sangrando con una enorme cicatriz, lo que desembocó en una especie grito y llanto de color del lobo que se echó hacia atrás junto con sus compañeros. Los otros dos lobos a la vez se intentaron abalanzar sobre Nathan, pero Annie ya había recogido su espada y dio un golpe a uno de ellos, mientras Nathan le dio al otro. El ataque de ambos hermanos generó en los lobos unos cortes sangrantes. Los lobos entonces se acongojaron y se echaron hacia atrás junto a su compañero. Annie y Nathan miraban con desafío y valor a las tres bestias, las cuales también les miraban desafiantes. Tras estar un rato así, los lobos se acobardaron y salieron huyendo. Los hermanos se miraron, victoriosos y con una sonrisa de oreja a oreja, casi sin creérselo.

-¡Hemos derrotado a esas bestias!

Nathan sonreía y asintió con la cabeza, pero algo en él estaba mal, se notaba algo extraño. De pronto, cerró los ojos y su perdió el control de su cuerpo, haciendo que acto seguido el joven se desplomase, junto a Sahsa, en la nieve, perdiendo totalmente el conocimiento.

Rix se dirigió hacia sus aposentos. El espadachín se fue hacia su armario y su cofre, empezando a prepararse y a vestirse. Tomó todo lo que le sería necesario en el viaje, por último, se puso su traje clásico rojo, acompañado de sus viejos pantalones marrones y botas del mismo color. Acto seguido se colocó su cinturón y su zurrón, luego de eso, se puso su capa y su sombrero, ambos del color rojo. Rix estaba absorto en sus pensamientos,

Música

estaba tratando de concienciarse y mentalizarse para la búsqueda que tenía entre manos. Mientras se ajustaba la capa, Hyz entró en la habitación, se cruzó de brazos y se apoyó en la puerta, mirando al espadachín

-Entonces... ¿Te vas a marchar ya?

Rix terminó de abrocharse y ajustarse la capa y se volteó hacia Hyz, en sus ojos se podía ver la determinación de lo que tenía en mente.

-Tengo que hacerlo, tengo que ir yo... Esto en parte es culpa mía, yo les di esas espadas... Quizás era demasiado pronto para eso... Siento una gran responsabilidad sobre mi

Hyz se cruzó de brazos, aún con esa expresión de angustia en su rostro, por más que intentase ocultarlo, ahí estaba.

-¡No es culpa tuya, claro que no lo es! Pero... de alguna forma, temía que algo como esto pudiese ocurrir. Tanto Nathan como Annie siempre habían querido salir del bastión.

Rix suspiró y se sentó al borde de la cama, con sus manos estrechadas entre sí y cabizbajo, con su sombrero tapándole la parte superior del rostro desde la posición de Hyz.

-Ninguno de los dos sabe lo que de verdad ocurre ahí fuera... Yo no quería que tuviesen que pasar por lo que yo pasé, no quiero esa vida para ellos...-Dijo con gran pena

-Lo sé... yo tampoco quiero que se enfrenten a lo que hay ahí afuera... pero no siempre podremos estar diciéndoles que hacer...

Rix, aún cabizbajo y sentado al borde la cama, se quitó el sombrero y se lo puso en sus rodillas mientras lo sujetaba con ambas manos. Se quedó observando el sombrero sin decir ninguna palabra durante unos segundos. Pensando en lo que Hyz había dicho. La mujer acabó por conmoverse por el estado del espadachín, mirándole con cierto afecto y melancolía. Se acercó hacia el y, sujetando las mejillas de este con las manos le levantó la mirada, besándolo en la frente.

-No te culpes, ¿De acuerdo? Aquí estoy y aquí estaré para apoyarte en todo lo que pueda. Sé que es una situación difícil y muy desesperada, pero lo mejor que se puede hacer es comenzar a buscarlos.

Rix se levantó de la cama y soltó su sombrero a un lado de esta. Hyz seguía sujetando sus mejillas con suavidad y con mirándolo con melancolía. Rix entonces la agarro por la cintura y la besó en los labios. El beso duró varios segundos, ninguno de los dos quería que acabase, pero... Todo en la vida al fin y al cabo tiene un final. El beso terminó y ambos aún se seguían agarrando. Tras eso, el espadachín se notaba más animado y con fuerzas

-Volveré pronto, te lo prometo... Y con Annie y Nathan

-Haré todo lo que pueda para mantener las cosas andando por aquí, tu prométeme que me avisarás si encuentras señales de ellos...

Finalmente, ambos se soltaron, Rix entonces tomó su sombrero y se lo colocó en la cabeza.

- Lo haré... Y vendré antes de lo que crees, después de todo, estas hablando con el mejor espadachin de la galaxia no? - Dijo esbozando una sonrisa y en tono bromista

Hyz sonrió al espadachín y volvió a cruzarse de brazos.

-Lo sé... Hasta entonces, habrá que esperar. Pero sé que lo harás excelente. Solo, ten cuidado ahí fuera tu también, de acuerdo?

-Te lo prometo...-Dijo con una sonrisa

Sin mas, Rix salió por la puerta y se fue, dispuesto a empezar la búsqueda de sus hijos, no sin antes despedirse con otro beso de Hyz.

***

La música de fondo sigue

Xres se encontraba en sus aposentos correspondientes, asignado a los invitados. Al igual que sus otros dos compañeros de viaje, el portador estaba tomando las cosas necesarias para este y colocándose bien su armadura. Finalmente, le quedaba el casco por ponerse, pero en el momento en el que se lo iba a poner, notó como alguien suavemente le abrazaba desde atrás, acto seguido notó como un aliento en el cuello y cómo una cabeza se posó en su hombro derecho con dulzura.

-¿Por qué siempre tiene que ser así?

Xres volteó u poco la cabeza y vio el rostro de su amada, Crystal.

-¿A qué te refieres?

-Nuestra paz nunca dura, siempre tienes que irte, siempre hay algo en peligro, algo que "salvar", ni en las mejores historias los héroes están tan ocupados

-¿Crees que soy un héroe?-Dijo esbozando una sonrisa

-¡Por supuesto que sí! Has salvado muchas vidas...

-¿Y aquellas que no pude salvar?

-¿Cómo.....?-Dijo desconcertada

Xres se volteó y se sentó en la cama, a su lado se sentó Crystal. El portador bajó la mirada, mientras su amada le agarraba el brazo izquierdo con suavidad

-Salvo muchas vidas, pero hay otras que no puedo salvar... ¿Cuántas víctimas se tomaron las últimas guerras contra RTI? ¿Cuántas víctimas se tomó la República Serx? Yo era su capitán, yo era el portador de la Luz... Se supone que debería haber estado ahí para arreglar las cosas, sin embargo lo único que hice fue encontrarme a mí mismo... Ni siquiera pude salvarte a ti de la Brecha Dimensional, uno de los compañeros que me acompañaron hacia la Brecha murió... Todo por mi culpa.-El portador entonces calló, se tomo unos segundos para pensar y volvió a hablar-Sólo me preocupa que haya equilibrio... ¿Y si todas esas vidas se pudiesen haber salvado sin que el maldito equilibrio estuviese de por medio?

Crystal entonces soltó el brazo de Xres, le agarró las manos y ambos se miraron a los ojos.

-Es imposible que logres salvar siempre a todo el mundo, tú siempre lo has hehco lo mejor que pudiste, si ese compañero tuyo de la Brecha murió, fue por un bien mayor, seguro que se sentiría orgulloso de que lográramos derrotar a RTI. Tú siempre has hecho lo mejor para el Imperio Serx como capitán, no puedes dudar de eso, no puedes empezar a dudar de todo lo que has hecho hasta ahora, porque todo al fin y al cabo ha sido lo correcto-Dijo con los ojos llenos de una completa seguridad en sus palabras

El portador entonces esbozó una sonrisa

-Siempre lo haces...

Crystal no sabía a lo que se refería, por lo que calló y miró a su amado con un rostro lleno de dudas

-Siempre animas a los demás, siempre ves el lado bueno y positivo de las cosas, aunque todo sea una mierda a nuestro alrededor y el mundo se esté acabando. Siempre logras ver un atisbo de esperanza en cualquier lado... Eso es sin duda una de las cosas que más me gustan de ti

Crystal entonces sonrió y se sonrojó

-Y a mi otra de las cosas que más me gustan de ti es que siempre sabes sobreponerte a cualquier adversidad y que siempre sales hacia adelante, nunca te rindes y al final acabas por vencer sobre lo que sea...

Xres también se sonrojó y bajó la mirada. Tras eso, Crystal sujetó con suavidad de las mejillas al portador e hizo que mirase hacia ella. Ambos se miraron y terminaron besándose. Tras besarse, la emperatriz se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta de la habitación, no sin antes voltear medio cuerpo y mirar a su amado

-Sé que volverás sano y salvo, siempre lo haces-Dijo con una sonrisa en su rostro

Xres sonrió y asintió con la cabeza. Tras eso, la mujer abandonó la habitación y el portador se quedó de nuevo solo. Sin más, Xres tomó de nuevo sus cosas y se marchó del lugar.

Tras estar un rato andando de aquí para allá, Ellie finalmente volvió a la fuente a la que estaba antes. Volvió a mirarla, en esta se veía reflejado el cielo de Kanasarena y algunos árboles cercanos también. Quincy estaba a su lado, de pie y mirando a la joven sin hacer ningún movimiento. En ese entonces, en el agua se vio reflejada una figura que se sentó al lado de Ellie. Esta intentó ver mejor a la figura y desvió la mirada hacia su lado para verla.

Música

Se trataba de una mujer humana mayor que ella, de unos 25 o 30 años humanos. Iba vestida con traje completo de látex azul con distintas piezas de armadura de metal azulado en las extremidades y el torso. Era rubia y tenia un rifle de plasma colgado a su espalda y unas gafas, también futuristas, levantadas y puestas sobre la parte superior de su cabeza, la cual tenia una larga melena lisa que le caía a la mitad de la espalda.

-Hola chica, veo que estás muy sola y pareces hasta casi desanimada sin una sonrisa en ese rostro... ¿Que te ocurre?

La chica no cambió el rostro y se quedó mirando a la mujer hasta decir sus primeras palabras hacia ella

-¿...Y tú eres...?

-Yo soy Amarié, simplemente estaba paseando por este parque y te he visto ir y venir dos veces y me has parecido peculiar-Dijo con una sonrisa muy gentil y cordial-¿Y cómo te llamas tú?

Ellie desvió la mirada hacia Quincy, quien tenía la cabeza gacha aún mirando hacia la extraña que se había sentado recientemente junto a ella. Acarició la cabeza del robot y miró hacia la extraña mujer.

-Me llamo Ellie

La mujer desvio la mirada hacia el robot, del cual habia notado su robusta presencia desde antes de sentarse.

-¿Bueno Ellie... Y quien es tu amiguito? -Dijo mirando al robot aun sonriendo

-Es el robot mascota de mi hermana mayor...

-Vaya... ¡¡Qué mono es!! ¿Puedo acariciarlo?

Ellie volvió a mirar al robot y asintió hacia el, como si le hubiese dicho "No te preocupes", luego volvió a mirar hacia Amarié.

-Si gustas... Pero es algo arisco con los extraños

La mujer con cuidado se levantó y se acercó al robot, este en primera instancia fue reacio, pero poco a poco la mujer llevo su mano derecha hacia la cabeza del robot y lenta y suavemente la posó para acariciarlo.

-Eso es.. Tranquilo, no te voy a hacer daño-Dijo con serenidad

Ellie observaba con atención la mano de Amarié acercándose hacia el robot, con algo de curiosidad. Finalmente vio como aquella extraña acariciaba la cabeza de Quincy. Cuando terminó de acariciar al robot, este no hizo nada, aun seguía desconfiando de aquella mujer. Esta entonces volvió a mirar a Ellie y dejó al robot.

-Bueno Ellie... ¿Tú eres de aquí de Ventar? Se me hace extraño ver a una humana en territorio Rayeco

-Ventar ha sido desde siempre mi hogar... Veo que estás armada...-Dijo mirando indiscretamente al rifle que se asomaba de la espalda de la mujer

-Oh, no te preocupes, no vengo a hacer daño a nadie, simplemente llevo este arma por mi propia seguridad. Verás, soy una exploradora y vengo en busca de una cosa...

Amarié entonces se llevó las manos al cuello y sacó un colgante que estaba escondido debajo del traje que llevaba. El colgante estaba decorado por una extraña y singular piedra que parecía estar viva y era roja, como con una especie de luz que brillaba en su interior
-Esto es una Piedra de Sangre, hay muchas repartidas por todo el universo, esta en concreto era de mi madre... Estoy buscando mas piedras de estas, pues son muy caras y se venden a muy buen precio en los mercados de cualquier imperio. ¿Te suena haber visto alguna?

Ellie observó la piedra con detenimiento y negó con la mirada, pues no le sonaba a nada familiar que hubiese visto con anterioridad.

-No, no he visto ninguna... aunque tengo una gema extraña conmigo...

Amarié guardó de nuevo su colgante

-¿Gema extraña?-Preguntó curiosa

Ellie dudó durante unos segundos, miró con los ojos entreabiertos a Amarié, y tras revisar en sus bolsillos sacó una pequeña y brillante gema de color celeste claro.

-A veces emite un extraño sonido...

Amarié quedó casi como hipnotizada por esta gema, la observaba en todo su esplendor, era muy hermosa para ella, pero desgraciadamente no era lo que buscaba

-Hmmm... Extraña es, sin duda, pero jamás había visto una gema así.... Me recuerda casi al vacío.......

Ellie entonces miró extrañada a Amarié

-Oh, no me hagas caso, simplemente estaba pensando en voz alta... ¿Quién te dio esa gema, por cierto?

Ellie sabía de dónde la había sacado, pero no iba a darle los detalles a una desconocida, así que se limitó a decir otra cosa

-La encontré, hace no mucho.... El imperio sabe que estás aquí, en Kanasarena, ¿Verdad?

A la mujer le extrañó esa pregunta

-No creo que el Imperio Rayeco, ni ningún otro me conozca personalmente. Simplemente soy una exploradora que se limita a viajar de acá para allá...-Amarié se quedó pensativa unos segundos y luego volvió a hablar-Es que acaso me ves pintas de Pirata Espacial?-Dijo entre risas

-No lo sé la verdad. Si estás aquí al menos alguien lo debe saber... Viajas de mundo en mundo, ¿No?

Amarié se cruzó de brazos pensativa

-Bueno, tengo contactos y amigos, como todo el mundo... Pero ellos están muy lejos de aquí ahora

Ambas entonces callaron por un buen rato, hasta que una extraña voz les llamó la atención a lo lejos

-¡Madame Amarié!

La mujer entonces reaccionó, esa voz grave, metálica y masculina le sonaba de algo. Echó la vista al frente y un hombre de una raza desconocida estaba a lo lejos viniendo junto a varios de su misma especie, aproximadamente unos seis. El líder llevaba una chaqueta y pantalones de cuero, con un arma en la mano derecha, una pistola de plasma. Su piel era algo escamosa y verdosa, con unos ojos completamente grandes y negros en su totalidad. En sus mejillas había una especie de piel sin escamas y porosa roja.

Amarié rápidamente se levantó y sacó su rifle de la espalda. Apuntó a los extraños seres que se acercaban hacia ella. Estos rápidamente reaccionaron y empezaron a correr hacia coberturas cercanas. Estos se escondieron y sacaron sus armas, todos llevaban pistolas de plasma normales y corrientes. La mujer entonces miró a Ellie y le señalizó un lugar para cubrirse.

Música

-¡¡Ellie, corre hacia allí!!-Dijo agitada

Mientras Ellie corría para ponerse a salvo en una cobertura segura, Amarié empezó a disparar contra los extraños seres, Quincy por su parte se mantenía en la misma posición a la espera. Todos los disparos no hicieron más que dañar las coberturas en las que se encontraban sus enemigos, alertando así a todo civil de su alrededor, lo que ocasionó un gran revuelo. La mujer entonces empezó a correr hacia la cobertura en la que estaba Ellie, en el camino los extraños seres empezaron a disparar a bocajarro contra la mujer y contra Quincy, pero esta activó con un botón en su traje una especie de escudo amarillento que le mantendría a salvo durante un número limitado de disparos, los suficientes para llegar a la cobertura sana y salva. Quincy no se amedrentó y empezó a disparar contra aquellos seres, sin correr hacia la cobertura que estaba a unos pocos metros de su posición.

-¿Esos son tus amigos?

-No exactamente... Son Drells, famosos porque la mayoría de ellos son mercenarios o piratas espaciales en el planeta del que provengo. Son muy peligrosos y se multiplican como las cucarachas...

Amarié entonces miró hacia un camino, protegido por unos robustos arbustos, que les llevaba fuera del parque y hacia un callejón, era la mejor forma de escapar de ese tiroteo sin alertar más a las autoridades locales.

-Ellie, ordena a tu robot que pare el fuego y que huyamos, es la mejor forma de acabar rápido con esto, hazme caso en eso de que se multiplican como las cucarachas, probablemente ahora estén enviando a más refuerzos hacia aquí...

Rancis se hallaba en el exterior de la primera isla del Bastión, se dirigía hacia el puerto espacial acompañado de Draggy, su pequeña mascota dragón. Ambos estaban conversando, sin mayor trascendencia. Draggy revoloteaba alrededor de su amigo de camino a su destino. -Porrr cierrrrto Rrrrancis, ¿Porrr qué nosotros irrr hacia puerrrto?

Música

-En la nave en la que he venido me he dejado algunas cosas que quiero recoger ahora, las necesito para investigar asuntos míos

-Ohh.. Ya verrr

Ambos llegaron al puerto, en el cual había un poco de revuelo causado por la huida de Annie, Nathan y Sahsa. El mago no se había enterado de nada, así que no tenía ni idea de por qué tanto alboroto. Habían muchas máquinas pesadas trasladando cajas y objetos de todo tipo de un sitio a otro, soldados de aquí para allá y demás trabajadores del lugar algo nerviosos. La nave nodriza del Imperio Serx a diferencia de antes, estaba un poco apartada de la pista de aterrizaje principal. Habían dos naves en esta pista, casi listas y preparadas para despegar ya, pero sin ningún tripulante a bordo ni a su alrededor. Una de esas naves era la famosa X-Explorer, perteneciente a Xres y la otra estaba hecha con un modelo y unos patrones diferentes a los del Imperio Serx, por lo que el mago supuso que se trataba de una nave de Los Guerreros de la Luz. Rancis puso dirección a la nave nodriza Serx, pero una voz lo detuvo. Cuando escuchó esa voz, pegó tal respingo que casi llega a tocar el mismísimo techo con su cabeza.

-¡¡¡Rancis!!! ¡Hombre Rancis, que alegría verte por aquí!-Dijo con un tono campechano

Rancis y Draggy se voltearon al mismo tiempo y vieron a Deckhah, Yieud y un par de soldados de Los Guerreros de la Luz a su lado, acercándose hacia el mago.

-¿Qué quieres....?-Dijo reacio

Deckhah entonces pasó un brazo por detrás del cuello de Rancis y lo agarró de una forma amistosa de este, cosa que hizo dudar a Rancis, ya que Deckhah y él no es que se llevasen muy bien...

-¡Amigo mío, que bien encontrarte aquí! El Bastión es muy grande ¿Sabes? ¡Nos has ahorrado mucho tiempo!-Dijo aún con el tono campechano y amistoso

Rancis no dijo nada y miró a Yieud con un rostro lleno de dudas completamente. El joven devolvió la mirada al mago y esbozando una sonrisa se encogió de hombros. Los otros dos soldados que le aocmpañaban miraban con cara de circunstancia la escena, entre alguna que otra risa.

-Verás... La Oscuridad ha hecho su aparición en un sector en el que no tendría que haber tanta, notamos que está absorbiendo la Luz de dicho sector y eso no lo podemos permitir-Dijo aún agarrando a Rancis y haciendo cada vez más fuerza, lo que le causaba una gran molestia al mago

-¿Y a mí qué?-Dijo con un tono seco y mirando a su opresor con desdén

-Pues que vas a formar parte de este magnífico pelotón que repelerá a Xerxs-Dijo soltando a Rancis, pero sin dejar de apoyarse en su hombro con un brazo en tono amistoso y mirando hacia Yieud y los otros dos soldados

Yieud sonrió, uno de los otros dos soldados hizo un saludo militar y el otro alzó el pulgar sonriente. Todo esto como una especie de presentación.

-¿¿¡¡Xerxs!!??-Dijo sobresaltado

-Tranquilo, solo lo contendremos, no entraremos en un combate directo con él-Dijo intentando calmar al mago

-¿¡Y por qué tengo que ir yo!?-Dijo todavía sobresaltado y mirando a Deckhah

-Porque así lo ha querido Xres-Dijo mirando sonriente a Rancis, como mofándose de él

-Grrrr.... ¡Maldito!-Dijo cerrando los puños

Deckhah entonces dejó de apoyarse sobre el mago y le dio un par de palmadas fuerte en la espalda como incentivo.

-Ala, todo dicho. Partís dentro de media hora.

Rancis y Draggy asintieron cabizbajos, mientras sus compañeros asintieron con determinación.

***

Fin de la Música

Pasó exactamente media hora. Llegaron al puerto espacial Rix y Xres, ya completamente vestidos con sus ropajes de viaje por parte de Rix y de combate por parte de Xres. Deckhah les esperaba a ambos en el exterior del X-Explorer, apoyado en la compuerta que daba la entrada hacia la nave, la cual estaba abierta. Todo soldado Serx o Guerrero de la Luz con el que se cruzaba se paraba firme al lado de ambos y les hacía un saludo militar, los Serx

Música

llevándose las manos a la frente y los Guerreros de la Luz al pecho, pues eran saludos distintos. Ambos respondían devolviendoles el saludo. Los dos se acercaron entonces a Deckhah. El guerrero dejó de apoyarse en la compuerta y miró a sus dos amigos, asintiendo con la cabeza, con mucha determinación. Tanto Rix como Xres asintieron también con determinación y serios. Los tres estaban completamente preparados para partir. En ese momento aparecieron también Yieud, Rancis, Draggy y los dos Guerreros de la Luz que los acompañarían en su misión. Todos se pararon junto a Xres y compañía.

-Caballeros, les deseo la mejor de las suertes en su misión-Dijo mirando al grupo de Yieud

-Aguantad, que la ayuda irá en camino nada más acabemos nuestra tarea-Dijo mirando también al grupo de Yieud

Yieud y compañía asintieron con la cabeza. Sin más, se dispusieron a entrar en su nave. Acto seguido, Xres y su grupo también entró en el X-Explorer. tras eso, ambas naves empezaron a encender motores y reactores, todo ello como preparación para el despegue, mientras las compuertas del puerto espacial se abrían poco a poco y se seguían todos los protocolos de seguridad para que ambas naves pudiesen partir. Tras unos segundos, ambas naves empezaron a levitar. En ese entonces entraron en el puerto espacial tanto Hyz como Crystal y corrieron hasta mantenerse a una distancia de seguridad para con las naves. Ambas se despedían de todos los allí presentes que se iban a su misión. Rix entonces, en el interior del X-Explorer vio a Hyz a través de una ventanilla. Xres por su parte vio a Crystal a través de otra. Deckhah se ocupaba de los mandos centrales de la nave y empezó a despegar, puesto que la otra nave también estaba empezando a despegar. Tras un rato, ambas naves salieron del puerto y cruzaron el cielo de Términa.

***

La música de fondo sigue

En la superficie de Términa, en la Aldea Leene, estaba una vieja y extraña casa situada en una colina, la cual era la más alta de todo el poblado. De la casa salió una mujer encapuchada negra con lo que parecía ser un cesto de madera vacío entre sus brazos. La mujer tenía la parte superior de su rostro tapado, mientras la inferior si la mostraba. Alzó la vista y vio a ambas naves partir y cruzar el cielo azul y despejado de Términa a lo lejos. La encapuchada se quedó varios minutos viendo la escena, como poco a poco las naves desaparecían y se separaban en el firmamento. La anciana Tríodes entonces salió también de la casa y sin decir nada, alzó también la vista al cielo. La anciana sabía que algo extraño pasaba al ver que el X-Explorer había partido solo hacia el espacio acompañado de otra nave. Pero hizo caso omiso a esto y le habló a la encapuchada.

-Vamos Serah, tienes que ir a comprar la comida para el almuerzo...

La encapuchada se sobresaltó un poco y se volteó mirando hacia la anciana

-¡Y-ya voy!




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La música de fondo sigue

Xres Sevna:

Deckhah Wyrm:

Crystal Hitch:

Amarié Monette: